
Ya hace algunos días que en mi anterior post iba a comentar una cosa que por aquí parece ser que anda de moda. Me estoy refiriendo a las
bayas de Goji. Ya sé que son conocidas desde hace tiempo, pero en mis círculos parece ser que están más de moda que nunca.
También decía en mi otro post que parece ser que los españoles reciclamos más, pero seguimos teniendo pendiente las asignaturas de eficiencia y ahorro. Y cuando digo ahorro no me refiero sólo a lo típico de apagar las luces y todo aquéllo que no utilicemos en casa, me estoy refiriendo también al cambio en los hábitos de compra (y aquí sí que se puede ahorrar muuuucha energía).
Hoy en día, por suerte o por desgracia, uno va al supermercado y puede encontrar frutas y verduras de todo tipo, tanto exóticas como fuera de temporada. El problema menor es que los vegetales de fuera de temporada y exóticos procedan de un invernadero de algún lugar de nuestra geografía, el problema es que éstos vienen, en su inmensa mayoría, al menos los exóticos, de vete a saber de qué parte del mundo (necesitando barcos y aviones para transportarlos, ni qué decir del coste ambiental de la aviación...).
Como muy bien explica mi amigo Griso, os voy a proponer su ejemplo que creo que es bastante intuitivo: ¿Qué cuesta más? ¿Traer a base de lanzamientos con la mano un naranja de Teruel a Castellón o de Grecia a Castellón? Creo que la respuesta está clara. Pues esa energía que aplicáis con el brazo y con la que acabaríais con unas agujetas de padre y señor mío, es la energía necesaria para que cualquier pieza de vegetal te llegue a la verdulería.
No niego las buenas propiedades que puedan tener las susodichas bayas de Goji, pero aquí tenemos productos locales que creo yo que al menos pueden cubrir buena parte de las mismas:
almendras,
avellanas y
nueces. Y con esto no sólo vamos estar ahorrando energía, sino que otra cosa muy importante: vamos a estar promoviendo la economía local y la vida rural. Tal como indica
Vandana Shiva, parece ser que la globalización nos está obligando a vender y comprar todo fuera, lo cual tiene un precio tremendo en costes energéticos y ambientales para el planeta.
Por último me gustaría llamar al orden con todas estas cosas que se ponen de moda, porque sí, las bayas pueden ser muy sanas y proceder de no sé qué zona del Himalaya, pero como con los biocombustibles y modas similares, cuidadín con lo que se explota a gran escala porque al final todo acaba en maleza. Lo que comienza siendo una buena política termina en un desastre.
En otro post os dejo más info y aprovecho para que os planteéis la conversión a
localívoros.
Etiquetas: Energía, Sostenibilidad