
Los hay de los que piensan que todos esos que hacen apología de la ecología o del consumo responsable deberían vivir bajo un puente, es decir, sin nada, porque como piensan que todo está prohibido y que no se puede tocar ni hacer nada con el entorno.... nada más lejos de la realidad. Como siempre.... entendemos lo que queremos..... Es más, esos que critican son tan pobres que quedan a la espera de la más mínima para tacharte de hipócrita ante gente tan indocumentada como ellos. En fin, una lástima.
Como soy de los que pienso que a todo el mundo no se le puede caer bien, pues sé que tengo de esos a los que no les gusto por motivos varios y mira por dónde que también tengo amigos de esos que te dicen "Perico, cuidado con ese que te está rajando a tu espalda".... aunque también los tengo, me refiero a no amigos, de los que te sueltan alguna fresca a la cara pero que luego no quieren escuchar porque puede que se encuentren con otra y les salga el tiro por la culata.
El quid de este post es que últimamente los hay que me rajan porque tengo el suelo de madera y luego voy por ahí recogiendo firmas para la protección de los bosques primarios. Pues sí, tengo suelo de madera ¿Y qué pasa? Recojo firmas porque pienso que los bosques se deben conservar y pienso que es nuestro deber y obligación el hacerlo, pero tampoco me niego a que una parte de ellos se gestione de manera sostenible y no suicida como se está haciendo hasta ahora en la mayoría de las explotaciones. El punto intermedio existe. Uno es humano y puede errar, pero por lo menos intenta hacer bien las cosas. Otros son tan pobres que ni siquiera lo intentan, no dedican su tiempo a documentarse, intentar conocer a la gente o hacer algo para que las cosas cambien, simplemente lo emplean en lamentarse, quejarse de todo, intentar buscar explicaciones a sus problemas fuera de ellos e incluso lapidar al prójimo sin venir a cuento.
Bueno muchachos, lapidadores míos, como podéis ver, no tengo porqué esconderme de nada y por cierto, ya os he dedicado mucho de mi precioso tiempo, consideradlo como un lujo.
Buen fin de semana.
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